Quiet eye, una manera efectiva y diferente de elevar el rendimiento deportivo de una atleta.
La mirada del atleta determina parte de su performance.
La finalidad de los sistemas sensoriales es de captar información tanto interna como externa.
El procesamiento de dicha información permite la evaluación de lo que se está viviendo en ese momento y la programación de acciones futuras si fuesen necesarias.
Muchos son los estudios realizados en atletas para investigar lo que miran durante sus desempeños. Los resultados indican que existen diferencias en la manera de mirar entre los atletas de élite y los amateurs.
Estas diferencias radican tanto en los sitios donde miran, como también cuando miran y durante cuanto tiempo.
Los atletas de élite poseen estrategias de búsqueda visual optimizadas, mediante las cuales adquieren una calidad de información mayor.
Cada deporte dispone de específicos patrones visuales que les permite a los atletas anticipar, planificar y preparar los siguientes movimientos.
Incluso dentro de un mismo deporte, las fijaciones visuales serán distintas dependiendo de la situación.
El sistema visual está formado por una serie de receptores que tienen la capacidad de captar la luz.
Dentro de la retina, existe una pequeña zona (fóvea), que posee la máxima agudeza visual y a través de la cual se produce la fijación en un punto.
Por lo tanto, lo que se mira en cada momento depende de la posición que adopten los ojos y la cabeza en el espacio.
Psicólogos cognitivos identificaron al menos tres comportamientos oculares (Coren et al, 2004):
Fijaciones
Seguimientos
Sacadas
Una fijación ocurre cuando la mirada es mantenida en un objeto o localización fija por un tiempo de 100ms o más, dentro de un ángulo visual de 3º, siendo 100ms el tiempo mínimo necesario para reconocer un objeto (Carpenter, 1988).
Cuando la mirada se estabiliza en un objeto en movimiento constituye un seguimiento, mientras que los movimientos rápidos de los ojos que cambian bruscamente el punto de fijación se denominan sacadas.
La utilización óptima de estos tres movimientos oculares proporciona al atleta una mejora en su rendimiento (Vine, 2011).
No es de extrañar que la provisión de información oportuna por el sistema visual determine que el sistema motor sea más preciso en su ejecución (Vickers, 2009).
Vickers definió QUIET EYE (QE) como:
un período de tiempo en el cual las señales ambientales relevantes son procesadas y se coordinan los planes motores, para finalizar con éxito la próxima tarea.
Así QE más prolongados brindará a los atletas de una programación más prolongada y minimizará las distracciones.
Durante el QE se mantiene una fijación, manteniéndose una relación constante entre cabeza y ojos.
De la teoría a la practica
La posición de la cabeza y los ojos es relevante para conseguir información de calidad y como consecuencia mejorar el rendimiento deportivo.
Identifica cuales son los sitios en los cuales fijas más tu vista cuando juegas.
Mirar continuamente la pelota, además de ser una actividad imposible de realizar, no proporciona mejoras en el juego.
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