En qué medida la genética resulta determinante para convertirse en un tenista de élite.
¿Te ha pasado que después de una competición en la que no has tenido un buen rendimiento, has empezado a cuestionarte si de verdad vales para esto?
Lo más común es que después de un resultado que no esperabas aparezcan un montón de pensamientos en tu cabeza. Estos pensamientos no son más que excusas que solo intentan encontrar una explicación para lo ocurrido.
Una de estas justificaciones posibles es que no juegas como deberías porque no tienes la genética necesaria. Que es lo mismo que decir que no te ha tocado la lotería.
¿Puede la genética ser como un billete de lotería?
Para saber más sobre esto indagaremos sobre qué dice la ciencia al respecto, ¿te parece?
La información sobre cómo se cree que funcionamos los humanos va cambiando con el tiempo. El conocimiento no es estático. Según se va investigando y estudiando, gracias a la aparición de las nuevas tecnologías, se realizan actualizaciones.
Hasta no hace mucho tiempo se pensaba que la genética lo era todo.
Y con todo me refiero a que la genética era determinante. Que en el momento de ser concebido (antes de nacer) ya estabas sentenciado.
No solo determinaba el color de ojos o pelo, también si serías inteligente o no, si tendrías enfermedades y porque no, si serías un buen deportista.
Pero, lo que se sabe ahora es, que la genética más que determinante es predisponente.
Esto significa que según el tipo de genes que tengas y su ubicación tendrás mayor o menor probabilidad a algo, pero no certeza.
También se vio que el ambiente en el que crecemos y nos desarrollamos actúa favoreciendo o impidiendo determinadas características de nuestra personalidad y habilidades.
Si a deportes nos referimos, hay un libro sobre este tema que me gustaría recomendarte “El Gen Deportivo” David Epstein.
En él se revelan innumerables estudios científicos realizados en deportistas en su afán de encontrar el gen DEPORTIVO. El gen que determine que un atleta pertenezca a la élite o no.
Este gen no se ha identificado y puede que no exista.
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Lo más determinante para transformar un simple deportista en un atleta de élite es una combinación entre la predisposición genética y un ambiente favorecedor.
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Un ejemplo del libro anteriormente mencionado con corredores de maratón explica que la población de Kenia tiene mayor probabilidad de ser buenos corredores que cualquier otro país.
Y esto no está ligado a ningún gen específico, sino a las condiciones en las que viven.
Para situarnos en este contexto, estas personas, desde muy pequeñas, tienen que desplazarse varios kilómetros para acudir a la escuela. Dichos desplazamientos suelen hacerlos corriendo. Es su manera de trasladarse. Ni se lo piensan, no hay otra forma.
Después de varios años de correr para ir a cualquier lado, han desarrollado capacidades que los hacen mucho más eficientes que cualquier otra persona en esta disciplina.
Curiosamente se observó que los hijos de los campeones, aunque eran muy parecidos genéticamente, no eran buenos corredores. Y la explicación es que cuando consiguen ganar maratones, cambian su estilo de vida, y por lo tanto sus hijos no crecen en un ambiente en el que necesiten correr. Son los ejemplos perfectos de cómo el ambiente puede actuar favoreciendo una capacidad.
Genética en el tenis
Si lo aplicamos al tenis, que es lo que nos interesa, no hay genes específicos que determinen que vas a ser un TENISTA TOP.
Entonces, cada vez que pienses que no vales para esto no será a causa de los genes.
Mi propuesta siempre es la de actuar sobre lo que SI PUEDO INFLUIR. El material genético que tienes son las cartas que te han tocado, que puedes usarlas o no (recuerda que no es determinante). Y es ahí donde interviene el ambiente, favoreciendo o no lo que quieres.
El ambiente del jugador no es solo la pista. Ambiente es todo lo que te rodea, el ambiente está actuando las 24 horas. Es lo que comes, cómo entrenas y que pensamientos tienes. Y va más allá también, incluye a los entrenadores y la manera que trabajan contigo y te hablan, a tus padres y sus expectativas, a tus amigos y su apoyo.
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EJERCICIO PARA DEJAR A UN LADO LA GENÉTICA Y ENFOCARSE.
Ahora sabes que la genética no es algo que puedas manipular, al menos por ahora.
Siempre que te encuentres buscando excusas, como: la genética, el viento, el sol, la actitud del oponente, no estarás responsabilizándote por lo que sí está en tus manos cambiar.
En este caso, para lograr algún cambio necesitas influir en el ambiente.
El primer pero gran paso de este ejercicio empieza por poner atención en las excusas que utilizas a diario. No importa si no estás jugando al tenis ahora (porque estás lesionado o hay una pandemia), recuerda: EL AMBIENTE DEL TENISTA NO ESTÁ SOLO EN LA PISTA.
Al principio no será fácil identificarlas. Te recomiendo hacer una lista con las situaciones que encuentres. Tomar conciencia de esto te ayudará a posicionarte diferente.
El segundo paso es pasar a la acción. ¿De qué manera puedes tu actuar para modificar ese ambiente y transformarlo en favorable para tu desarrollo?
Como siempre te digo, no hay una receta mágica. Tienes que experimentar qué funciona mejor contigo. Y…PASAR A LA ACCIÓN.
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Porque el 95% de los problemas en competición de los jugadores no está en la técnica, en la táctica o en el físico.
TE PROPONGO UNA SESIÓN MENTAL DE PRUEBA Y SIN CARGO.
Donde iremos directo a tu problema.
Si no es hoy, ¿Cuándo vas a empezar?
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